
La
hipersudoración (o hiperhidrosis) hace referencia a un exceso de
sudoración que se localiza generalmente en las palmas de las manos,
plantas de los pies y axilas, aunque también puede darse en otras partes
del cuerpo como en la cabeza y el rostro. Actualmente los pacientes que
sufren este tipo de problemas, que aproximadamente es el 1% de la
población, ven afectada su personalidad al fomentar la sensación de
inseguridad y timidez.
Para todos estos casos, El Botox se
presenta como la única alternativa no quirúrgica que consigue
interrumpir la hiperactividad de las glándulas sudoríparas. Para ello,
el producto se infiltra en la zona afectada a través de una aguja
extremadamente fina.
Se trata de un procedimiento altamente
tolerado ya que sólo se contraindica en el caso de embarazo o lactancia,
enfermedad neuromuscular grave o pacientes con coagulopatías o en
tratamiento anticoagulante.
En el resto de casos, el Botox se
presenta como un proceso seguro y de demostrada eficacia, que mejora la
calidad de vida del paciente.
TRATAMIENTO
Dado
que El Botox actúa impidiendo la hiperactividad de las glándulas
sudoríparas, el tratamiento se lleva a cabo a través de su infiltración
en las zonas afectadas con una aguja extremadamente fina.
Los
efectos pueden durar entre 4 meses y un año, dependiendo de la zona a
tratar y las características personales de cada paciente (la duración
media en hipersudoración axilar, por ejemplo, es de 7 meses).
RESULTADOS
Los
resultados del tratamiento con Botox se hacen visibles a partir del
tercer o cuarto día después de la aplicación.Durante los primeros 15
días, la zona tratada irá reduciendo progresivamente su producción de
sudor.
En general, los beneficios del tratamiento superan
ampliamente los posibles efectos secundarios que son muy infrecuentes y
transitorios.En el caso del tratamiento de la hipersudoración palmar (en
las manos), puede percibirse una ligera debilidad muscular durante los
primeros 10-15 días.
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